Abro la puerta de mi habitación dejo mis pertenecías y un pequeño baúl con mi medicina al fondo de la habitación una maleta llena de polvo. Recorro el lugar y veo el paso de los años, llego a la cocina y un plato con sopa estaba servido quizás cuanto tiempo lleva ahí.
Salgo a caminar en medio de la noche, el silencio me acompaña y las estrellas iluminan mi camino, me introduzco en medio de ese bosque que tantas veces recorrí cuando era un infante, de un momento a otro las estrellas dejan de brillas, miro hacia arriba y una gran nube negra que lo cubre todo, camino tranquilo ya que conozco el bosque como la palma de mi mano.
Corriendo me dirijo donde el rey, un apodo que le dimos a un gran sauce, el árbol más grande de todo el bosque, deseo llegar rápido, ya que mi pelo y mi ropa se esta empapando con la lluvia.
Pasada la lluvia y con las estrellas nuevamente alumbrando mis pasos, puedo ver tallado en el gran tronco de el rey un corazón que decía te amo. En mi mente veo el momento preciso cuando los dos escribimos eso y jurando que volveríamos a estar juntos, después de ese día nunca más te volví a ver, bueno la verdad te vi un día en el parque cuando caminabas con tu nueva familia y años después por amigos supe que te habías separado. Ya han pasado unos 25 o 30 años desde aquella ocasión y aún sigo esperando que algún día toques mi puerta.
Debido a un grave accidente que tuve durante mi juventud debo estar constantemente tomando mi medicina, luego de tanto caminar comienzo a sentirme mal, busco en mis bolsillos mi medicina y no la encuentro y recuerdo que quedo en el baúl de mi habitación, intento calmarme para resistir para poder llegar, mis manos sudan, mis piernas tiemblan y mi corazón palpita.
Despierto en el mismo lugar, pero todo se ve distinto, todo era mas pequeño, mi ropa más delgada y mis manos mas jóvenes a lo lejos veo un tumulto de niños revoloteando y jugando y entre ellos tu silueta, te acercas a mi y me cuentas que hace unos años atrás volviste a este mismo lugar, con la intención de volver a encontrarme como alguna vez prometiste, me cuentas que regresaste en el verano del 98 y que usaste la misma habitación que solíamos usar y dejaste la cena servida, mientras se enfriaba saliste a recorrer y paso lo que paso, me dices que caíste desmayado frente al rey y que ahora vuelves a cumplir tu promesa, volviste para vivir en la eternidad, en ese pequeño gran bosque lleno de secretos y anécdotas. . .
Que Profundo, que llegador, que verdadero...
ResponderEliminarSiempre hay anecdotas, risas, llantos, recuerdos, que nos atan al pasado, que nos acompañan día a día y que siempre estarán guardadas en lo más profundo de nuestro corazón , en lo más profundo de ése pequeño baúl, pero por algo uno vive las cosas, por algo caemos de ese acantilado sin fin esperando algún día encontrar la salida, esperando esa luz que tanto anhelamos, esperando esa mano que tanto deseamos, pero gracias a eso aprendemos, tomamos la experiencia vivida y la usamos, nos paramos y dejamos de caer, crecemos, aunque sigamos llorando, aunque sigamos riendo, aunque sigamos amando, será de una forma distina, será de la correcta forma, porque cada uno elije su camino, cada uno ve de la mano de quien quiere caminar, aunque la mente no manda al corazón, éste aprende de lo vivido y verá que será lo mejor!
Que los recuerdos queden guardados sólo como eso, Sólo como recuerdos, y vive el día a día al máximo, uno nunca sabe cuando llegará ese poeta, ese pintor, ese escultor, ese cantante a nuestras vidas, esa persona que realmente vale la pena, pero eso requiere de un aun mas largo y dificil camino, que complicada es la vida no crees?, Pero por eso es lo notable de la vida, vivir cada momento esperando el próximo...
Tu sabes! (L)